OCASO
…
El mar era una inmensa balsa
,
hacia el puerto regresaban
las barcas del pescado.
La brisa de la tarde,
sal marina,
ponía la romántica
y dulce pincelada,
para que el cuadro
llenara su hermosura .
Para que en ese mirar
que nadan las ideas,
se viera por donde
vuela el alma.
El cielo de la tarde
color de azul y brasa,
le daba un resplandor de oro
de un sol que se apaga.
¡ Ocaso delicioso !
y quien tuviese alas,
y esconderse contigo Astro
Rey
donde el hombre no llega,
donde sólo el lirismo
de un poeta lo sueña
cuando un verso le abrasa …
…..
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